Mi confrontación con la docencia
Cuando era estudiante de bachillerato un maestro me preguntó si alguna vez había pensado en ser docente como profesión… Mi respuesta fue “NO” yo jamás podría dar una clase.
Ahora ese maestro es mi colega, y aun me pregunto qué cualidad vio él en mí que le hizo pensar que yo serviría para esta profesión.
De extraña manera siempre pensé que yo no podría nunca dar clases, soy Lic. En Artes Visuales y siempre vi el enfrentarme a un grupo con mucho temor; como la mayoría de los maestros de bachillerato solo cuento con mis estudios de licenciatura los cuales han sido mis únicos recursos a través del camino de la docencia, llegué a la enseñanza por medio de un conocido que necesitaba a una persona que lo cubriera en una asignatura llamada Dibujo de figura humana él había tratado de conseguír un sustituto pero no encontraba a nadie que quisiera, como favor acepte y hasta la fecha continuo dando clases. Recuerdo que en mi primer clase estaba muy nerviosa, yo solo tenía 24 años y mis alumnos tenían entre 22 a 28 años, por supuesto me di cuenta rápido que debería demostrarles que yo estaba ahí para ayudarlos a aprender, fue difícil las primera dos semanas pues trataron de probarme, pero rápidamente me tomaron afecto y respeto, fue de gran ayuda el que no haya existido un abismo generacional entre nosotros, pero también tuve que cuidar mucho que no pensaran que yo era uno de sus compañeros sino su profesora.
He cometido muchos errores de primeriza que con el tiempo he ido ajustando, he dejado de dar por hecho que mis alumnos saben lo mismo que yo, he buscado otro vocabulario, me he dado cuenta que todos los grupos son diferentes, aunque impartas la misma clase y los mismos temas debes de encontrar la manera de desenvolverte con cada uno de los grupos. Encuentro gracioso como todos ellos tienen esa capacidad de asombro que conforme pasan los años uno va perdiendo, encuentro gratificante y a la vez con temor el ver como ellos me perciben como un guía, me hace sentir orgullosa el poderles ayudar en su adquisición de conocimientos y a la vez encuentro gran responsabilidad en ése hecho, me da mucho gusto que me tengan confianza, aun me causa conflicto el encontrarme con la apatía de los alumnos y el tener que buscar como engancharlos siempre es un reto.
En estos momentos me percibo como una docente que aún está aprendiendo, aun sigo en el ensayo y error. Me he dado cuenta de que la docencia es una vocación, necesitas tener un don para tratar a los diferentes alumnos y dar servicio a cada uno de ellos; se requiere prepararse constantemente. El ser docente me ha llevado a recordar temas que había olvidado y a aprender nuevos, me ha ayudado a fortalecer mi confianza y mi paciencia, que a pesar de las carencias económicas, tecnológicas y de apoyo institucional, las motivaciones y recompensas son mayores ya que somos parte de la formación de seres que nos necesitan y como dice un autor conocedor del tema “estoy donde quiero estar”. José M Esteve
Ahora como alumna de la “Especialidad en competencias docentes” , me he dado cuenta de que en la actual reforma el principal motor somos los docentes, no podemos exigir a nuestros alumnos adquirir competencias que aún no tenemos los profesores por lo que será importante y también difícil actualizar a toda la planta docente.
Como profesor debo de favorecer un ambiente de aprendizaje, seduciendo al alumno a aprender, para ello debo de conocer mejor a los estudiantes teniendo la capacidad de ajustarme a las posibilidades del grupo convirtiéndome en un facilitador de conocimientos, en un guía de proyectos, retro-alimentador, intermediario etc. Como docente debo ser más humano, promoviendo además del conocimiento de la materia la ética como individuos, instando a los alumnos a trabajar de manera colaborativa. Como profesor deberé de estar actualizado en el uso de tecnología y renovando los conocimientos a lo largo de la actividad como docente. Como docente al igual que mis alumnos aprenderá a trabajar en conjunto con mis colegas fomentando el aprendizaje grupal y participando en la academia.
En cuanto a las grandes ventajas que veo es la humanización tanto de administradores, maestros y alumnos, esto nos hará más consientes del mundo en el que vivimos y mas participes en decisiones y practicas saludables tanto individualmente, como socialmente ayudando a crear mejores ciudadanos.
Aurora DF
